jueves, 13 de mayo de 2010

Ruleta Rusa (Roulette Russe)

Girando sempiternamente, así perdí mi mente
¿Dónde está? ¿La has visto?
Parece que desaparece
Cada vez que la necesito.
¡Qué ocurrente a veces de repente!
¿No lo crees así amiguito?

Seguro, seguro pero créeme no es tan grave.
La he perdido infinidad de veces.
La pierdo siempre inevitablemente.
Y es duro, muy duro y de eso no hago alarde.

La busco por allí, y la vuelvo buscar aquí,
Mas no la llego a encontrar.
Esta vez va de verdad, la suerte se ha reído de mi ingenuidad
Y hasta ya he comenzado a buscar allá debajo del mar

Me han pintado decapitado
Y mis pensamientos han sido robados
¿Quién es el ladrón?
Mis suplicas han sido en vano, él es sordo como el verano.
¿Qué hay de provechoso en mí para ser tratado así?
Tal vez simplemente él no tenga corazón.

Soledad repleta de soledad.
Soy ahora solo un cuerpo completamente incompleto buscando su lado más complejo.
Puntualidad increíble de la inseguridad.
Cuando no hay más que hacer o decir al final del día, solo queda vivir en rápida agonía.

Roulette Russe

En tournant comme bête, j'ai perdu ma tête.
Où est-elle? Est-ce que tu l’as vue?
Il paraît qu'elle disparaît
Quand j’en ai besoin le plus.
C’est drôle à tour de rôle
N’est-ce pas ? Quoi penses-tu?

Bien sûr, bien sûr mais c’est pas grave.
Je l’ai perdue quelque fois, tout le temps.
Je la perds toujours inévitablement.
C’est dur, trop dur, sans blague.

Je la cherche là et la recherche là
Mais je ne la trouve pas.
C’est sérieux cette fois, la fortune s’est moquée de moi
Même j’ai commencé à chercher dessous mes bas.

Je suis, en réalité, décapité.
Ma pensée a été volée.
Qui est-ce le voleur?
Il n'a pas eu de pitié ainsi que l'été.
Il s’est bénéficié de moi, et je me demande pourquoi.
Est-ce qu’il ne comprend pas la douleur?

Solitude, remplit de solitude.
Maintenant je suis un modeste corps incomplet qui cherche sa tête complexe.
Incroyable exactitude de l’incertitude.
Quand les choses sont déjà dites il n'y a plus à faire mais vivre plus vite.

Íkaro

Mi cuerpo en el suelo
Puedo ver el cielo
Como antes de caer
Y la ilusión perder

Íkaro

Creí lo que dijo la piel
Hice mis alas de miel
Y dejé que la pasión
Venciera a la razón

Íkaro

Unos segundos sentí
Que volar era vivir
Pero mi emoción
Me hizo ver el sol

Íkaro

Íkaro, Íkaro
Cayó, y cayó

Íkaro voló en mentiras
Íkaro voló en mentiras

Alas de soñador deshechas por la verdad
Y vivió bajo tierra por la eternidad

jueves, 15 de abril de 2010

¡Qué Viva El Muerto!

“La muerte es parte de la vida” dicen los ingenuos optimistas, los religiosos cucufatos, y por supuesto los malintencionados juergueros cuya sed de celebración no se apacigua sólo con algunas gotas de momentos alegres, donde celebrar no sólo es pertinente, sino que hasta imperativo, y que además han traspasado los límites del descaro y están haciendo de los momentos tristes, penosos e incómodos un pretexto más para seguir con el chongo.

Cuando era pequeño - sí, más pequeño - creía que los velorios eran eventos sociales donde la gente se reunía a tomar café y a comer galletitas con mantequilla alrededor de un ídolo de mármol. No eran más significativos que la reunión familiar de los domingos, o la visita de algún pariente o algún amigo de la familia. Eso hasta que un día, en algún velorio, mi padre o mi abuela me explicó que es lo que ocurría en realidad: “Alguien ha muerto” me dijo alguno de ellos. Mi obvia respuesta ante esto fue una pregunta: “¿Qué es muerto?” La respuesta inmediata de mi padre o mi abuela fue: “es cuando uno se va al cielo con Diosito”. Recordé entonces pues que ya había tenidos varios muertos en mi haber: el gatito que se llevo la basura, la cucaracha que encontré en el piso, el ratón, entonces llamado “gatito” por mí, dentro de una taza, entre otros. Por supuesto, ellos nunca tuvieron un velorio y mucho menos café o galletitas. No pasó mucho tiempo desde aquella gran revelación, tal vez horas o minutos, para que ésta misma, acerca de la existencia de la muerte y su rol fundamental para la vida, muriera ahí - Un niño está lleno de preguntas curiososas y de vida, pero muy poco de ideas complejas y de muerte, y así debe ser-. Paso aún más tiempo, no mucho en realidad, tal vez unos 3 o 4 años, y yo ya era todo un chico grande, bueno, no mucho en realidad, y, la noción de muerte se veía aún muy lejana. Sólo era un preadolescente, ni siquiera púber. Me sentía todavía inmortal aunque la muerte rodeaba, lejos pero rodeaba, acompañada, pues, siempre de su buen amigo, el miedo. Es, creo, entonces que comencé a respetarla un poco. Sin embargo, aún me parecía algo lejano, y los velorios seguían significando café y galletitas con mantequilla y, claro, ahora también con muerto incluido. No fue hasta que uno de mis seres más queridos partió que realmente comprendí cuán desgarradora y atroz podría ser la muerte. Finalmente había llegado, la había visto pasar e irse, y me enseño duramente que los velorios son más que café, galletas, y muerto. Había dolor, vacios, y choques con la realidad.
Pasaron 10 años desde mi crudo encuentro con la muerte. He estado en muchos otros velorios – en estos últimos, no recibo ni el café ni las galletas que reparten – y me he llevado una sorpresa al encontrar una constante en la mayoría de estos. Siempre hay un grupito de hijoputas que están fuera del velatorio con una caja de cerveza, “celebrando” al difunto como si se tratase de un cumpleaños, tomando y riéndose a carcajadas sin importarles un reverendo carajo el dolor, y las lágrimas de la familia que sí apreciaba al muerto. Recuerdo perfectamente la cólera y la indignación cuando vi a un grupo similar afuera de donde velaban a mi ser querido en aquel entonces cuando era niño. Esa misma indignación que he sentido recientemente cuando pasé por un velatorio, y vi a este grupo de infelices, tomando y escuchando música desde un celular al costado de éste. Sólo faltaba que uno de estos hijoputas hiciera una hurra diciendo: ¡qué viva el muerto! . Todos ya estaba muy alcoholizados, quiero pensar, para no darse cuenta de tal falta de consideración, y respeto. pienso que si realmente celebraban por la muerte de aquella persona, pues hubiera sido de mejor gusto simplemente no ir, y celebrar y seguir siendo infelicices en la intimidad de sus casas. No entiendo por qué llegar a tal extremo de la insensibilidad.

No comprendo a esos que no se comportan a la altura de la situación. El dolor no puede sacar una risa, y nunca la pérdida de una familia debe ser motivo de celebración, ni aunque fuese la familia de tu peor enemigo. Es misteriosa la muerte ciertamente, pero pienso que más misteriosa es la mente del hombre, y sobretodo la mente de estos hijoputas que no se cansan de joder con sus insensibilidades, su falta de respeto, y, claro, su carencia de sentido común.

sábado, 10 de abril de 2010

Soy

Soy un desastre, un mal trazo, una pérdida de tiempo, un loco a quien ve todo el mundo cuerdo, un vagabundo que se viste de retazos de frases hechas y que, andando por su propio mundo, recoge recuerdos para devorarlos de un solo bocado. Soy un hombre, un alma errante, una blasfemia contra dioses no existentes, un fantasma a quien nadie le teme y que se pasa la vida, sin quererlo, espantando las alegrías y pesares más profundos. Soy un ser, un alter ego, un eterno momento, verdaderamente inexistente, un vacio dentro de otro, una fantasía del padre que nunca tuve y de la madre que nunca me engendró. Soy una palabra, una casualidad, una amalgama de sentimientos nonatos, de afiebradas memorias, de reglas y desconciertos, y de simpleza insustancial. Soy gris, un balance imperfecto, una mueca feliz en el cuerpo de un muerto, un silencioso hablador, un dios dentro de mi cuerpo, un sínico ladrón que le quita las ideas a la vida y al tiempo. Soy yo, soy ahora, soy ustedes.

sábado, 27 de marzo de 2010

Te Amé Primero

Yo te amé primero
Antes que se caiga en pedazos el cielo
Yo te amé primero.
Antes que las margaritas pierdan su color
Yo te amé primero.
Antes que golondrinas prendan vuelo
Yo te amé primero.
Antes que del sol desaparezca el calor
Yo te amé primero.

Eres todo lo que yo amé primero
Pero primero te amé yo.

Mucho antes que las palabras salgan de mi boca
Yo te amé primero.
Antes que las solitarias notas crearan bellas melodías
Yo te amé primero.
Un poco antes de sortear esta suerte que me toca
Yo te amé primero.
Antes que se vuelvan los momentos en eternos días
Yo te amé primero.

Eres todo lo que yo amé primero
Pero primero te amé yo

Amigos que perdí [parte 1]

A veces me pongo pensar en el pasado, que me persigue como sombra, y recuerdo figuras ya casi fantasmales de personas que pasaron por mi vida, o, para no sonar tan egocentrista, de personas, que tuvieron la dicha o desdicha para muchos, de haber pasado YO por las suyas. Escudriñando entre esos recuerdos púberes, llega a mi mente la imagen de un gran amigo, Luis, Pinky como lo llamábamos de cariño.
La familia de Pinky y la mía no estaban muy contentos con nuestra amistad y tal vez tenían razón. Había una complicidad malévola entre los dos que nos llevaban a actos siniestros pero divertidos, debo admitir. Recuerdo con gran nostalgia aquellos días del verano de 2001 cuando en nuestro a fan por aventuras míticas y que hicieran que nuestros nombres fuesen recordados con infame gloria, nosotros, la manchita, salíamos por las calles más alejadas, de nuestras casas claro está, con la ignominiosa empresa de romper timbres a puño limpio. Este acto no sólo era muestra de nuestra posición contra el uso indiscriminado de este aparatejo del mal y lavador de cerebros (…) también lo era de nuestra rebeldía y cavernesca hombría. Era, como lo diría nuestro drugo Alex, tiempos de ultraviolencia. Creo que no había detenido en cuan hijo puta éramos, pero lo éramos juntos y eso solapaba el cargo de conciencia.
Pink era mi mejor amigo. Compañero de travesuras, y de risas repentinas sin sal ni pimienta. En ese entonces la unión entre nosotros era inaudita para muchos ya que en tiempos más tempranos de nuestra niñez no nos llevábamos bien en lo absoluto, incluso nuestro primer encuentro fue de lo más atropellado. Recuerdo bien la escena: yo le puse mi patín en la frente mientras él estaba siendo golpeado por otro chico. Si me preguntan por qué lo hice, no les sabría contestar, mi memoria no llega a tanto, pero les puedo asegurar que al pequeño Luis no le gusto nada eso y bueno nos agarramos a trompadas y terminamos llorando los dos. Sin embargo pasaron los años y cuando nos volvimos a encontrar las cosas eran distintas. Habíamos crecido, y ya no salíamos a jugar, bueno sí, pero la mayor parte nos la pasábamos conversando. ¿De qué? No me acuerdo, no me llega a tanto la memoria, pero sí recuerdo que pasábamos horas de horas.
Mientras nuestra confianza y complicidad engordaban, en nuestras casas crecía la incomodidad de tenernos ausentes tanto tiempo y es que no hay cosa más fantástica para un adolecente en tiempos de ultraviolencia que encontrarSE en otra persona. Así, algunos años pasaron. Nuestros primeros cigarrillos malfumamos y en un año nuevo nuestra primera borrachera vomitamos. Fueron tiempos que iban andando lento y constante, pero como cualquier otro camino se bifurca en un momento, nos tocó irnos por caminos distintos. ¿Cuándo y por qué sucedió eso? ¡¿Quién sabe?! A tanto mi memoria no llega, pero así pasó y dejamos de hablar súbitamente.
Por cosas del destino, si es que existe, a Luis le tocó vivir situaciones duras y penosas, y vaya qué eran duras y penosas, y a pesar de estar, yo, enterado de aquel infortunio que vivía, nunca pude acercarme a él y hacerle saber mi sentir y apoyarlo en ese momento cuando él realmente lo necesitaba. Mi adolecente mente no me lo permitía y es que en esas situaciones sólo podía callar. La última imagen que me llevé de mi amigo pinky es la de él sentado en aquel muro de su casa acompañado de sus verdaderos amigos y saludándome con una sonrisa que no disimulaba bien la tristeza de su alma.
No sé en qué momento nos perdimos en mundos diferentes, no lo sé, mi memoria no me llega a tanto, pero sí sé que ya no podía dejar pasar más tiempo sin contar esta historia esperando que tal vez algún día llegue mi querido amigo Luis a leerla.
¡Qué Dios y tu madrecita desde el cielo te guarden Pink!