domingo, 27 de marzo de 2011

Palabras

Tu mirada en la mía, son palabras que sólo el silencio puede comprender
En mis labios tu sonrisa, son palabras que sólo el silencio puede comprender
Lo que siento en secreto, son palabras que sólo el silencio puede comprender
Nuestras vidas en el tiempo, son palabras que sólo el silencio puede comprender…

Words

Your gaze in my gaze, these are words only the silence know
Your smile in my smile, these are words only the silence know
My feelings hiding away, these are words only the silence know
Our lives in time, these are words only the silence know…

Paroles

Tes yeux dans les miens, ce sont paroles que seulement le silence peut comprendre
Ton rigole dans mes lèvres, ce sont paroles que seulement le silence peut comprendre
Ce que je sens en secret, ce sont paroles que seulement le silence peut comprendre
Notre histoire dans le temps, ce sont paroles que seulement le silence peut comprendre…

miércoles, 23 de marzo de 2011

Le Corbeau (el cuervo)

En la casa hecha de silencio, el corbeau recita sus lamentos, pesares ajenos que le han secado alma y le han hecho comer hedionda miseria.
Basura emocional, desechos de vivencias, y humillación, Merde de l'homme!, ha devorado a pequeños bocados y sentido el sabor amargo de la maldita decepción
El corbeau ulula sabiamente, distante de su presa, una rata inmunda, esperando el momento exacto para tragarse su asquerosa existencia y hacerla parte de él.
Se lanza y la atrapa. su pico apuñala y libera a la desdichada como absolviéndola de sus pecados. Quelle inmense et profonde misericorde du corbeau! como el Estigio y el Aqueronte, como el mar de lagrimas saladas o la distancia entre el crepúsculo y el alaba.
El corbeau con su plumaje negro y brillante, sus alas enormes y elegantes, sus ojos rojos y distantes, y su pico lleno de sangre y viseras, bajo la luz pálida y mortuoria de la luna es lo único bello en aquella casa de asquerosidades profanas.
Allí, en la casa hecha de silencio, el corbeau escribe sus lamentos y grita revoloteando sus alas de ónix violentos canticos y loas a esa inmundicia que le da alimento y lo mantiene bello eternamente.

viernes, 18 de marzo de 2011

Le Corbeau

Dans la maison à silence, le corbeau récite ses lamentations, chagrins étrangers qui ont séché son âme, et nourri de puant misère.
Ordures émotionnelles, déchets expérientiels, et humiliation, Merde de l’homme!, il a dévoré en petites bouchées et il a senti la saveur amère de la déception maudite.
Le corbeau hulule savamment, loin de son proie, un rat immonde, en attendant le moment précis pour dévorer son écœurante existence et ainsi le faire parti de lui-même.
Il se jette et il la saisit. Son bec poignarde, et libère l’infortunée comme absolvant ses péchés. Quelle immense et profonde miséricorde du Corbeau!, tel que le Styx et l’Achéron, ou la mer des larmes salées ou la distance entre le crépuscule et l’aube.
Le corbeau avec son plumage noir et brillant, ses ailes géantes et élégantes, ses yeux rouges et distants et son bec rempli des sangs et des viscères, dessous la lumière de la lune, pâle et mortuaire, est l’unique beauté dans cette maison d’écœurements profanes.
Là, dan la maison à silence, le corbeau écrit ses lamentations et il crie, en voletant ses ailes de l'onyx, des cantiques et des poèmes pour cette immondice qui lui nourrit et lui maintient beau éternellement.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Soneto

En el soneto de mi corazón,

el clavel toma forma de canción,

Ya las rosas no tienen espinas,

y llueven ríos de lirios todo el día


En el soneto de mi corazón,

duermen sueños sobre pastizales

Llenos de margaritas salvajes,

y brotan espigas multicolor,


En el soneto de mi corazón,

El amor está vivo y existe

La luna nunca mengua, y siempre sale el sol


En el soneto de mi corazón

Me quedan las cosas que dijiste

Repitiéndose en el viento como una canción

Mar

Siento tu mirada en estos colores dorados; tu fuerza en este atardeciente sol de verano, y tus palabras en la risa del viento. En la orilla que el mar baña con sus dulces aguas, mi mano escribe tu nombre. Silenciosa, la arena, testigo del crimen que he cometido conmigo: el quebrantamiento del alma, y el juramento de no volver a extrañarte y no me arrepiento, no me arrepiento.
Las blancas gaviotas pasan con su vuelo errático, y haciendo ruidos estrepitosos se alejan al horizonte. Se van hacia tus pupilas a morir con tu mirada, mientras yo me trago mi gélida nostalgia en una copa de recuerdos estrellados y de distancias de tiempo, piel, y sentimiento.
Sus gritos susurran y retumban en mi pecho desnudo, herido aún y al parecer por siempre. Enmudecen mis pensamientos, y, en sepia, corren imágenes que estaban guardadas en lo más profundo de mi olvido. Estoy varado en este mar de la nostalgia y es inevitable acumularle gotas al agua. Vuelvo a ver tu nombre ahí en la arena, allí tan cerca y lejano, igual que aquellas lunas de noches plateadas, y nubes fosforescentes que veíamos en amaneceres ya distantes.
Se acaba la luz, las olas vienen y van, y tu nombre se ha borrado. No está más tu mirada, solo hay un sol, y un atardecer. Las aguas son amargas y el viento se enfría. El mar se ha llevado mi melancolía hacia el horizonte, adonde las gaviotas van. Me pregunto si alguna otra vez volverán de su viaje errático.